miércoles, 25 de abril de 2018

ARCADE FIRE

Arcade Fire
Madrid
Wizink Center
24/04/2018



Hay noches en las que la magia cubre todo tu cuerpo, te hace separarte del suelo, unos pocos centímetros, y llena toda tu piel de sensaciones diversas, temperaturas cambiadas, y olores de lugares alejados y desérticos. Las lágrimas no te salen porque llevas años llorando con cada canción, con cada imagen. Aún recuerdas aquel autobús lleno de turistas y el polvo del recinto, removido en un ir y venir continuo de pasos adolescentes. Las sombras, con todo reflejado en blanco y negro. Tantas personas en el escenario, pensabas, no podían hacerlo mal. Y las estrellas, aquella vez en un cielo claro y abierto, que servían de decorado en aquella noche igualmente mágica. Como la de ayer.

Puede que Arcade Fire sea de los pocos grupos que saben entrar dentro de ti, a paso cambiado, bucear por tus tripas, por tu corazón, tus ojos, tus manos, e incluso tus oídos. Saben dónde llegar y dónde quedarse. Tocarte ese botón de lo extremo, despejarte, anularte y embriagarte. Conocen tus fortalezas, y por ende, tus debilidades, y se consumen en una banda de rock que va más allá de lo etiquetado como comercial, indie, alternativo o "tendencia".

"My body is a cage" te "enjaula" el alma; "Reflektor" de hace bailar hasta la extenuación, con un Bowie que va a apareciendo y desapareciendo de las pantallas en cada estribillo final; "Neon Bible" sobrevuela el ambiente, llenándolo de calma; la sucesión desgarradora de "Keep the car running", "Neighborhood #1 (Tunnels)" (la estrella sin cielo), "The Suburbs "(aquí ya andaba perdido en un mar de enorme belleza), "Ready to start"... La imagen de Win que reflejaban tres lados del cuadrilátero de pantallas, tocando la guitarra, entre el público, leyendo sobre el cuarto la letra de "We Don't Deserve Love", dejando que Régine acompañase el momento haciendo sonar botellas de cristal mientras tarareaba un "Maybe..."  (imborrable a partir de ahora); hermosísima "Une Annee Sans Lumiere"; reflexivas "Everything Now" o "Put The Money in me" o ese apoteósico final de "Wake Up", con todo el público ya entregado, que siguió en la calle hasta el aparcamiento del Wizink Center... "Afterlife", "Rebellion (Lies)" y otras tantas canciones que provocaron que esta noche quedara marcada no ya en el alma, sino en todos y cada uno de los sentidos.

Las luces generadas por miles de personas, estar absorto de aquel pelo rizado, la calle llena de gente cantando, las melodías casi silenciosas, el dormirte en un enorme sueño nada más empezar y el seguir defendiendo que la música lo es todo cuando todo te falta y todo lo tienes.

Qué probar, qué ver, qué oír,  qué oler, qué tocar a partir de ahora, cuando ya has dejado de ser de este lugar y no hay nada ni nadie que pueda volver a empujarte a ese vacío tan completo...

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