miércoles, 19 de febrero de 2014

FANFARLO

Fanfarlo
Madrid
Sala But
17 febrero 2014. 20:00 hs.

Qué escucho mientras escribo esta entrada: Roxy Music (selección Spotify), Fanfarlo (Rooms Filled With Light, Reservoir), Youtube (actuaciones Tocata, TVE)



En la misma mañana del concierto de Fanfarlo, los oyentes de Radio 3 podíamos disfrutar de un breve aperitivo con la entrevista que desde el programa Hoy Empieza Todo les hicieron a la banda londinense. José Manuel Sebastián y Gustavo “Traductor” Iglesias en la que repasaron con ellos varios temas del último disco “Let’s Go Extinct”, publicado este mismo mes de febrero de 2014. Hablando sobre los orígenes de la vida, Simon, Cathy y Leon comentaron varios aspectos del álbum (sonido adulto, filosófico, según desgranaron) y de algunas de las canciones que por la noche disfrutamos los asistentes en su presentación en Madrid.

Yo llevo poco tiempo siguiendo al grupo. Empecé a escucharles cuando llegó a mis oídos su segundo álbum “Rooms Filled With Light” (2012), del que me quedé totalmente prendado. Canciones como “Deconstruction”, o “Shiny Things” me engancharon desde el principio y desde entonces me considero asiduo seguidor de los británicos. Posteriormente, lo abandoné por Reservoir (2009), su primer disco, que supuso la conexión sentimental (snif, snif) con el quinteto.

Pero entrando ya en el concierto, y tras mi solitaria asistencia (otra vez), pero disfrutando al máximo, señalar que los primeros en pisar el escenario fueron los italianos (de Cerdeña) y afincandos en Londres, “Lilies on Mars”, un grupo de pop (¿psicodélico?), con alguna estridencia desconcertante, que, siendo lunes noche, los allí presentes tuvimos que esforzarnos en prestarles la debida atención, y más aún cuando uno llevaba ya despierto desde las cinco de la mañana. Por ahí decían que el grupo había compartido experiencias con el mismísimo Franco Battiato. Esta semana enchufo spotify a ver qué me encuentro, pero lo que vi, sin golpear a nadie en pleno rostro, me afectó lo mismo en mis volátiles entrañas que otra victoria futbolística de alguno de los equipos líderes de nuestra liga.


Fanfarlo aparecieron a las 21:27. Cinco músicos, algunos de ellos multinstrumentalistas, con diferentes vestiduras y looks ¿casuales?. Como no, el líder y vocalista Simon Balthazar (de origen sueco) aparecía con un extenso flequillo rubio, ladeado de modo "cómplice” que junto con un jersey de cuello alto, recordaba a un iniciático Enrique Bumbury ochentero, con ganas de avalancha. A su lado, el resto de la banda: Cathy Lucas (seguramente la más virtuosa del quinteto), con un corte de pelo a lo garçonne, responsable de los teclados, sintetizadores, violín y una vistosa sierra musical; Leon Beckenham a los teclados y trompeta (qué buenos solos nos dejó); un escondido Justin Finch al bajo; y la última incorporación a la banda, al menos durante esta gira, la batería Valentina Magaletti.

Pero vamos al concierto. El sonido no lo disfruté del todo. No estuvo a la altura del último concierto que presencié en la Sala But (Crystal Fighters, en septiembre de 2013), pero debido a la calidad de los componentes de la banda, el espectáculo salió adelante con un resultado de notable alto. Y tengo que decirlo: aunque no tengan nada que ver, es escuchar a Fanfarlo y venirme a la cabeza Roxy Music, con esos teclados, esa pose ochentena y ese pop de calidad. Pero bueno, esa es otra historia que traslado a personal médico especializado...

Arrancaron con Ghosts, de su primer álbum "Reservoir" (2008) y fueron desgranando un potente arsenal en el que, en su tercer tema, ya estábamos todos bailando al son de Deconstruction (Rooms Filled With Light), tema que dio paso a que Simon pidiera al respetable, amigablemente, que se callase (el rumor típico de tasca española era altamente perceptible). Siguieron alternando canciones de sus hasta ahora tres discos y un EP (The Sea) como The Beginning and the end (We will have to cross the ocean/This is the price we'll have to pay/Standing just this slopes good for you and me/There is more beneath the ice shells/No matter what I have to say), The Walls Are Coming Down, LetThe sea (una de las dos canciones en las que Simon nos pidió trasladarnos mentalmente al “big blue”), la inicialmente tranquila y posteriormente hermosa Comets (Look up, open the clouds/Here comes the bombshell/On the way home), Let’s go extinct, Luna (imposible quedarse quieto). Acabaron, tras un bis esperado de dos canciones, con la trompetera The walls are coming down.

La banda abandonó el escenario rayando las 22:45 y se encendieron las luces. A mi derecha, creí reconocer a Marcos, un amigo compañero de las noches veinteañeras en Moby Dick y La Galería que hacía tiempo que no veía. Me acerqué lo suficiente y comprobé que no era él. Al menos no le lancé una execrable entonación de júbilo acompañada de una palmada en la espalda. Fanfarlo me había trastocado los sentidos, sobre todo el de la vista. No paraba de ver océanos, hombreras, pantalones con bajos pesqueros y gente con pelo cardado aplaudiendo en Tocata.

Y volví a casa, al calor de una acogedora manta en el invernal mes de febrero...

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